viernes, 10 de mayo de 2013

Vamos a infinitivear





En las clases de Morfología esta semana, dado que intenté en lo posible condensar toda la información que pude sobre morfología verbal del español en sólo dos sesiones, se me olvidó comentarles a mis estudiantes cómo formamos, en esta lengua, nuevos verbos. 
Recordemos que el español tiene tres grupos paradigmáticos, regidos por las terminaciones de infinitivo:


[-ar], presente en verbos como adorar, desterrar, manipular (verbos de primera conjugación)

[-er], que encontramos en verbos como socorrer, leer, valer (verbos de segunda conjugación)

[-ir], terminación de verbos como bendecir, ocurrir, pedir (verbos de tercera conjugación)


Sólo la primera conjugación agrupa el noventa por ciento de los verbos de nuestra lengua, además de que es en este grupo donde conseguimos la mayor cantidad de verbos regulares del español. En los otros dos paradigmas, muchos verbos, al ser conjugados, presentan "anomalías" que muchas veces dan dolores de cabeza a quien estudia el español como segunda lengua. Nada más pensemos en verbos como caber, romper, decir. Por ello, es probable que los hablantes del español, y el sistema lingüístico como tal, hayan buscado el paradigma más estable, el de la primera conjugación, para formar verbos nuevos en nuestra lengua y así intentar regularizar las conjugaciones españolas. Así, cuando creamos un verbo no lo hacemos con las terminaciones [-er] o [-ir], sino con la terminación en [-ar].
Por supuesto, nuestra lengua, tan prolífica en irregularidades verbales, no se conforma con la terminación [-ar], sino que a esta se le une una variante, [-ear], presente en muchos verbos nuevos del español, como googlear o tuitear (o también, los que enuncian los personajes de la caricatura de esta entrada). 
La Real Academia Española, en su última gramática, recoge también las terminaciones [-izar] e [-ificar] como sufijos de creación de unidades verbales, aunque los segmentos [-iz-] e [-ific-] son unidades derivativas ya descritas y documentadas en los manuales de morfología del español.
Entonces, mis queridos lectores, a nuevear verbos, que ya sabemos cómo hacerlo.



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