viernes, 8 de febrero de 2013

...y nos siguen picando los mosquitos










El eterno problema para el análisis de oraciones simples en mis clases lo conforman los pronombres personales átonos, esos elementos dependientes de la figura verbal, sin la cual es imposible que aparezcan. Digo que es un eterno problema porque, en todos los semestres que he venido impartiendo esta materia, emerge de la nada una nueva complicación para "etiquetar" sintácticamente a esos pronombres. Este semestre ha sido particularmente fecundo en cuanto a la aparición de esas complicaciones de análisis, y el de esta semana salió de una oración que mandé como ejercicio para la casa y que podemos ver en (1):



(1) Me pican los mosquitos

Como el pronombre personal átono de primera persona del singular, me, puede servir tanto para complemento directo como para complemento indirecto en español, les dije a mis estudiantes que, si querían saber cuál era su verdadera función, intentaran sustituirlo por los pronombres lo, que equivale a los complementos directos, o le, que es exclusivo del rol del complemento indirecto. Dado este precepto, supuse que no tendrían mayores dificultades para resolver correctamente el ejercicio, cuya solución sería como en (2)

(2)         Me            pican    los mosquitos
          C. Indirecto         Verbo               Sujeto

Sin embargo, esta semana una estudiante lo resolvió de la otra manera, dándole al me la etiqueta de complemento directo. Su análisis habría estado desacertado si no hubiese hecho la sustitución por lo o por le, pero sí lo hizo, y para mi estudiante el pronombre que cuadraba mejor en la sustitución era lo, y no le.
Emergieron mis propias dudas. ¿Era, en efecto, un complemento directo o uno indirecto? Acudí directamente a ADESSE, una base de datos sintácticos del español que hay en la red (pueden consultarla aquí: www.adesse.uvigo.es) y revisé qué datos se habían analizado con respecto a picar, el verbo del cual depende me en nuestra oración.
Lo primero que encontré en la base de datos es que el verbo picar tiene tres entradas. La que me interesaba era la primera, que estaba referida a “Pinchar(se). Morder, en ocasiones, produciendo escozor, picor o desgarramiento. (por ext., producir malestar o indignación a alguien)”; y entre sus argumentos semánticos encontramos un contactado (equivalente a un paciente o a un experimentador del acto) en 100% de las oraciones con picar en la base de datos, y un contactante (equivalente a un agente o a un causativo) en 85% de las oraciones.
Con cierto alivio, noté que el esquema sintáctico de la mitad de las oraciones con picar en esta base de datos, es así: Sujeto – Predicado (verbo) – Complemento Indirecto. El sujeto era el “contactante” y el complemento indirecto, el “contactado”. Dos de estas oraciones las podemos ver en (3) y (4):

(3) A Hardouin no le picaban los piojos
(4) …te pica la curiosidad

Otras tres oraciones de la base de datos se construían con el esquema Sujeto – Verbo – Complemento Directo – Complemento indirecto, como en la oración (5):

(5) ¡Le picaré los ojos!

Y dos oraciones tenían el esquema Sujeto – Verbo – Complemento directo:

(6) Ella picaría a esa manada de vacas

Sigamos viendo que el complemento directo, en estos últimos esquemas, es el “contactado”, igual que sucede con el complemento indirecto en el primer esquema que reseñé. ¿Es posible entonces usar indistintamente el complemento directo o el indirecto en la oración de los mosquitos? Si revisamos más detenidamente los ejemplos de la base de datos de ADESSE, mi respuesta es “no”. ¿Por qué? En las oraciones (3) y (4) el contactante es un elemento que puede manifestarse como un causante no consciente del acto de picar. En este caso, los piojos y la curiosidad no tienen la más mínima conciencia de que pican y, por lo tanto, no pueden verse como agentes. El agente, en cambio, sí aparece en las oraciones (5) y (6): yo (sujeto tácito de (5)) y ella sí tienen conciencia del acto que están produciendo.
Parece, pues, que la oración Me pican los mosquitos se enmarca dentro de la estructura Sujeto – Verbo – Complemento Indirecto, porque los mosquitos son “contactantes” no conscientes. Este esquema también se puede encontrar en oraciones cuyos sujetos son causantes no conscientes del proceso descrito por el verbo:

(7) Le gusta el chocolate
(8) Le importas tú
(9) Le duelen las rodillas
(10) Le atrae esta mujer

Creo que la estudiante que resolvió la oración (1) con el esquema Sujeto – Verbo – Complemento Directo vio al contactante, los mosquitos, como agente y no como un causativo no consciente. Cuestión que no es errada, si pensamos en que vivimos en una sociedad antropocéntrica que rechaza la idea de que otros seres vivos tienen conciencia. Eso no lo sabemos. Quizás los mosquitos sí pican con todo el ensañamiento, la premeditación y la alevosía que caracterizan a los seres humanos más despiadados.

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